Vida y habla en Michel Henry

Loading...
Thumbnail Image
Date
2019
Journal Title
Journal ISSN
Volume Title
Publisher
Abstract
El objetivo de esta Tesis es buscar en la noción henryana de cuerpo comprendido como memoria , una posible solución a la aporía que surge en la relación entre el lenguaje de la vida y el lenguaje del mundo. Para este objetivo, me detengo a examinar en profundidad los conceptos de vida, afectividad, habla, Logos de la vida y logos del mundo. Los conceptos de habla y de logos en Henry se comprenden, sólo a partir de los conceptos de vida y de afectividad. El concepto de vida de Henry plantea la dificultad de cómo desde un ámbito de absoluta inmanencia, en la que se ubica propiamente la vida, puede manifestarse la exterioridad del mundo y esta misma dificultad se traslada al plano del lenguaje, es decir, cómo se da el paso desde un lenguaje de absoluta inmanencia a un lenguaje que comunica en un horizonte de exterioridad, como es el del mundo. Mi propuesta consiste en demostrar que la noción de inmanencia de Henry no es un obstáculo para trascender al conocimiento del mundo, ya que no es una inmanencia clausurada en sí misma. Por el contrario, se trata de un tipo de inmanencia vinculada esencialmente a la interioridad radical en la que se ubica la subjetividad humana, interioridad que Henry define como hábito, como memoria de sí. La subjetividad humana corpórea se define metafísicamente como un ser que habitualmente se recuerda a sí mismo, o se autoafecta, y habitualmente se experimenta como un yo a quien se le dona un mundo a partir del despliegue de sus poderes corporales. Todas esas experiencias permiten configurar y conocer genuinamente el mundo, pues sólo hay mundo a partir de la posibilidad de que un yo se experimente a sí y experimente desde sí la resistencia del mundo. El lenguaje teórico ha olvidado el origen afectivo de la palabra de vida y, por esa razón, ha quedado vaciado de su verdadero significado. Pero la dificultad reside también en cómo el Logos de vida se libera a sí mismo, se comunica en otro lenguaje sin perder la esencia íntima de su contenido. En efecto, para sanar de la apatía de la que adolece el lenguaje del mundo hace falta que realicemos un doble esfuerzo: 1) Retornar a la inmanencia en que la vida se nos comunica para recuperar y renovar todo ese lenguaje de vida que anida en la experiencia estética, en nuestra carne y en la memoria inmemorial de esa misma carne que somos y habitamos. Pero una vez que retomamos ese lenguaje invisible de las artes, de la carne y de su memoria necesitamos, 2) Expandir en una palabra toda esa afectividad que conocemos anticipadamente en nosotros. Dicha palabra, ya transfigurada de la vida misma, es el modo en que precisamente liberamos toda esa riqueza afectiva que reposa de modo escondido y, hasta de modo asfixiante, en el fondo de nosotros mismos.
Description
Tesis (Doctorado en Filosofía) -- Pontificia Universidad Católica de Chile, 2019
Keywords
Citation