Análisis de las practicas discursivas sobre la configuración de la identidad profesional docente, de acuerdo a las experiencias formativas, identitarias y de género de los actores protagónicos de formación docente inicial

Abstract
Esta investigación analiza las prácticas discursivas sobre la configuración de la Identidad Profesional Docente, de acuerdo a las experiencias formativas, identitarias y de género de los actores protagónicos de Formación Docente Inicial. Por ello, distingue los ejes, elementos y procesos constitutivos de la formación personal, social, académica y profesional, según las expresiones lingüísticas y acciones comunicativas de autoridades, formadores/as de docentes, estudiantes de pedagogía y profesores/as en ejercicio. Caracteriza los modos de saber-ser, saber-convivir, saber-conocer y saber-hacer asociados a dichas experiencias y relaciona la división sexual del trabajo con los roles-funciones en el Sistema Nacional de Educación.Para alcanzar estos propósitos, la investigadora presenta las perspectivas epistemológicas y teóricas de las prácticas discursivas y analiza las experiencias formativas, identitarias y de género desde distintas áreas del conocimiento. Luego,describe los principios del enfoque cualitativo y caracteriza las estrategias de recolección y análisis de los hallazgos de investigación. Las cuales refieren a la implementación de las entrevistas en profundidad a las autoridades de nueve instituciones de Educación Superior y de los grupos de reflexión con formadores/as de docentes, estudiantes de pedagogía y profesores/as en ejercicio. Así como, muestra la sistematización de los hallazgos de investigación mediante el análisis crítico del discurso textual.En relación a la formación personal, las autoridades plantean que estas experiencias involucran un conocimiento de sí y del otro/a. Sin embargo, los/las profesores/as en ejercicio advierten que “nunca fueron consideradas sus vivencias personales durante los procesos formativos”. Además, los/las estudiantes de pedagogía vinculan dicha preparación con el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes.Finalmente, las académicas indican que esta formación debe analizar las historias de vida, expectativas sociales, necesidades educativas e intereses personales de los/las estudiantes. Y los académicos puntualizan que “los cursos sobre Desarrollo Personal evidencian las representaciones y creencias implícitas de los/las estudiantes”. Sobre la formación social, las autoridades centran dichas experiencias en los ámbitos de la justicia y en el ejercicio político de una ciudadanía responsable. Pero las profesoras en ejercicio manifiestan que “no había apertura, diálogo o debate sobre los aspectos sociales durante los procesos formativos. Ni se analizaba la importancia de los roles-funciones masculinos y femeninos dentro de la sociedad”. Por su parte, los profesores advierten que Educación Pre-escolar y Educación Básica “construye una figura femenina desde la maternidad” y la figura masculina “podría configurarse desde la paternidad, de acuerdo a construcciones no tan rígidas, ni tan machistas”. En cambio,los/las estudiantes de pedagogía relacionan dicha preparación con “las experiencias laborales o talleres de observación en los colegios”. Por último, las académicas puntualizan que “la Responsabilidad Social Universitaria examina cómo la institución contribuye al crecimiento del país”. Y los académicos indican que “los/las profesores/asen ejercicio construyen sus trayectorias profesionales y experiencias identitarias, a partir de acontecimientos socio-políticos, procesos de auto-formación y mecanismos de individualización”.Acerca de la formación académica, las autoridades coinciden sobre estas experiencias. Las que caracterizan los contenidos específicos de cada disciplina,contextualizando el carácter de sus aspectos teóricos, conceptuales y didácticos en el ejercicio de la profesión docente. Al respecto, las profesoras indican que “recibieron una educación integral, pues desarrollaba lo conceptual, actitudinal y procedimental” y los profesores advierten que “la pedagogía es un trabajo seguro, tiene sueldo fijo, con vacaciones de verano e invierno”. A su vez, los/las estudiantes de pedagogía puntualizan que esta preparación “se nutre de las investigaciones de los/las profesores/as universitarios/as”. Finalmente, las académicas manifiestan que esta área articula “las exigencias profesionales del MBE; las capacidades de reflexión ante la resolución de problemas; los niveles de tolerancia-frustración de los/las futuros/as profesores/es”. Y los académicos plantean que “aporta a la construcción del conocimiento pedagógico e (inter)disciplinar, desde el trabajo de investigación y con las manos en la masa”.Respecto a la formación profesional, las autoridades coinciden sobre tales experiencias. Las que describen los desafíos disciplinarios, pedagógicos y ético estéticos de los/las futuros/as profesores/as. Según las profesoras, la FDI “contribuirá aun país más desarrollado, si Chile comprende que le conviene ser parte de OCDE” y los profesores puntualizan que dicha preparación requiere “de perspectivas administrativo-económicas”.Por su parte, los/las estudiantes de pedagogía indican que “los saberes pedagógicos e (inter)disciplinares deben evaluar la calidad de la preparación profesional mediante períodos de reflexión e instancias prácticas”. Por último, los/las académicos/as proponen “visibilizar los estereotipos de sexo-género en las pautas de observación, a fin de reflexionar acerca de las interacciones de aula e intenciones de los actores educativos”.Sobre la formación de género, las autoridades coinciden sobre dichas experiencias. Las que refieren a construcciones culturales acerca de la diferencia sexual.Si bien, los/las profesores/as en ejercicio indican que “las temáticas transversales relevan el respeto, la protección y el cuidado del propio cuerpo en la vida cotidiana”.Ellos/ellas concuerdan que “la homosexualidad nunca fue abordada en las carreras”.Igualmente, los/las estudiantes de pedagogía perciben “avances en materia de equidad de género, aunque se mantengan paradigmas culturales tradicionales”. Finalmente,los/las académicos manifiestan que “la Educación Superior debe empoderar a los/las profesionales para que comprendan las relaciones de poder, los saberes propios de lasdisciplinas y las perspectivas de género como derechos humanos”.
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Tesis (Doctor en Ciencias de la Educación)--Pontificia Universidad Católica de Chile, 2015
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